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¿Cómo gestionar la reputación digital de un médico?

Durante los últimos años han proliferado todo tipo de páginas donde los propios pacientes valoran y puntúan a sus médicos. Se trata de un nuevo escenario, no exento de desavenencias que pueden acabar en los tribunales.

Una reseña negativa puede hundir a una clínica en los ránquings de búsqueda, impedir que un médico encuentre un puesto de trabajo o ahuyentar a los pacientes de una consulta. Es cada vez más habitual que personas de toda índole busquen el nombre de su médico en Internet, hurguen en sus redes sociales o lean los comentarios y valoraciones.

Los pacientes esperan que sus proveedores de salud tengan una reputación nítida y sólida en la red. Su percepción de garantía de la salud se extiende a la red donde esperan no leer ninguna mala experiencia sobre un error irreparable.

Esta imagen debe ser aún más nítida y perfecta en el caso de cirujanos, de los que se exige que su reputación sea quirúrgica y tan limpia como la de un quirófano.

Algunas empresas de seguros ofrecen pólizas para defender el honor de médicos en la red. Aportan cobertura para pagar a profesionales del sector quienes se encargan de defender casos en los que la imagen de un médico ha quedado dañada.

Es aconsejable que los profesionales de la sanidad dispongan de su perfil en redes sociales, que participen de la publicación de contenidos a través de blogs, artículos de experto o foros de opinión. Se trata de participar del potencial propagador de Internet para evitar que terceros puedan ocupar su nombre de marca personal que de una u otra forma será mencionado por otros en la red.