La reputación es un valor intangible, no es estable ni se puede comprar o vender. Su denominador común es que todo el mundo la desea y es difícil alcanzarla. Las corporaciones del Siglo XXI han entendido que deben hacer algo más que atender bien al cliente para ganar respeto.
Entre estos nuevos paradigmas está el compromiso con los valores, la sociedad o el tercer mundo. Los usuarios quieren empresas comprometidas, se trata de una especie de pago a cambio de generar riqueza en un mundo donde se pagan impuestos. Por el contrario, las empresas que solo buscan maximizar las ventas acaban perdiendo la confianza.
Las prácticas comerciales éticas redundan en una buena imagen ante el cliente quien quiere ser tratado como persona y generar un vínculo con nosotros. Estas nuevas variables están en la hoja de ruta de miles de ciudadanos y son las que de ahora en adelanta van a condicionar tu imagen en el mercado.
¿Por qué razón unas empresas son más reputadas que otras?
La transparencia: Informar a los clientes, sobre las reuniones de la corporación. Saber pedir disculpas y dejar atrás el rol institucional. Los seguidores agradecen saber qué es lo que sucede, estar informados sobre crisis, fichajes y existencia de problemas. Ser transparente implica obtener más reputación, credibilidad y por tanto confianza.
Innovación: Las empresas que reinvierten parte de sus beneficios en investigación y desarrollo demuestran que no solo quieren ganar dinero. Su interés está en obtener un producto aún mejor que el anterior. Los clientes lo perciben como un factor reputacional y la percepción de respeto aumenta.
Seguridad: Aspectos como la compra segura por Internet, la ciberseguridad, la seguridad física en las tiendas presenciales. Son aspectos que mejoran la reputación de una corporación. La seguridad de tus compradores también te importa y ellos lo perciben como un valor positivo.
Contestar a las reseñas: No hay nada peor que abandonar o ignorar las opiniones de los clientes. Cuando les contestas demuestras que tus clientes te importan y que no quieres dejarlos de lado.
Sostenibilidad y medio ambiente: Crear productos sostenibles y evitar que tu producción dañe a la naturaleza. Contribuir a crear un mundo mejor o promover la conciencia ambiental te ayudará a obtener respeto de las audiencias.
La responsabilidad social corporativa: Incluye la existencia de un código deontológico, la posibilidad de denunciar malas prácticas en el seno de la empresa. El compromiso ético de la corporación con la sociedad teniendo en cuenta factores morales o ideológicos de cada grupo de interés.
Estrategias de co-participación: Dejar que el cliente participe en el proceso de construcción y diseño del producto. Es cada vez más habitual que fabricantes de coches dejen votar a los simpatizantes por el nombre del nuevo modelo.