Tweets incendiarios, noticias negativas y decenas de peticiones de firmas online se han convertido en el moderno campo de batalla que muchos ciudadanos mantienen contra el rey emérito. Ejemplos como este demuestran que la red se puede convertir en la peor pesadilla para personajes públicos, cuya reputación puede quedar malbaratada en muy pocas horas. Sus distintos escándalos, los desencuentros con la Reina Leticia o su huida de España han precipitado la aparición de miles de contenidos cuya indexación en Google han dañado su identidad digital.
Las keywords asociadas a Rey Juan Carlos I arrojan resultados como “corrupción”, “exilio” o “robo”. Su demanda en Google ha pasado de 40.500 búsquedas mensuales a más de 3 millones mientras que contenidos con la palabra clave “corrupción” ya superan las 1.400.000
Junto a los medios convencionales Twitter ya es una de las plataformas con mayor propagación, hashtags como #HuidaJuanCarlos o #JuanCarlosofSpain congregan a decenas de miles de usuarios. Plataformas como Change.org reflejan campañas que superan las 350.000 adhesiones. La Wikipedia aporta incluso, un listado de relaciones extramatrimoniales. La crisis reputacional del Rey en Internet sobrepasa a la de personajes como Trump o Iñaki Urdangarin, su salida del país ha sido portada en los principales rotativos extranjeros lastimando su imagen y la de su institución monárquica.
¿Por qué estos resultados adquieren tanta relevancia? La respuesta la encontramos en los algoritmos de Google encargados de ordenar la información. Los contenidos negativos suelen adquirir más visibilidad ya que son más compartidos, retuiteados y enlazados consiguiendo así más puntuación y autoridad. A ello se le suma la “cultura del gatillo fácil” de la red la cual daña la reputación de miles de nombres públicos.