Cambiar la reputación no es, en general, una tarea fácil. Google y sus más de 250 algoritmos tienen cada vez más capacidad para hablar de cualquier persona o marca y exponer sus carencias ante el escaparate más grande del mundo. La sociedad de la información e Internet no dejan lugar a dudas; la reputación es distribuida y ya no está bajo el control absoluto del usuario.
Cambiar la reputación implica asumir distintos aspectos y variables que enumero a continuación:
– Entender la situación de exposición a un conflicto: Es importante conocer el alcance real del problema, a veces un contenido no deseado no genera un efecto negativo en la marca, en otras ocasiones las consecuencias pueden ser fatales e inducir a la víctima a pérdidas de distinta consideración (pérdida de prestigio o credibilidad, descenso de la facturación, pérdida de clientes, etc…)
– Ponerse en manos de un profesional de la reputación online: En el mercado español existen distintos expertos en reputación en Internet. Su función es ayudar a personas físicas y jurídicas a potenciar y salvaguardar su reputación en la red.
