Es cada vez más frecuente que clientes y organizaciones soliciten la gestión de su vídeo reputación digital, un fenómeno que afecta a un número creciente de marcas preocupadas por la imagen audiovisual que proyectan en sitios web como Vimeo o Youtube. Los gestos, la vestimenta, la expresión de la cara… son detalles que sin duda permiten al internauta obtener una imagen mucho más completa que un artículo de prensa convencional y que afloran por encima que cualquier otro contenido sobre nuestra marca en la red. No en vano vivimos en la era del audiovisual en la que un vídeo tiene un enorme poder como herramienta transmisora de nuestra reputación en Internet.
El impacto de un contenido audiovisual es, en muchos casos, mayor que un clásico contenido de texto hasta el punto de que la red se ha llenado de vídeos no deseados que afectan a centenares de personas; tropiezos, meteduras de pata, presidentes del gobierno que no hablan inglés, contenidos burlescos… en muchas ocasiones estos contenidos no deseados pueden llegar a convertirse en un estigma para el perjudicado al alcanzar cifras de audiencia comparables a las de muchas televisiones.
Portales como Youtube, permiten organizar los vídeos y compartirlos, generando dinámicas virales en las que un ataque en formato audiovisual puede propagarse en cuestión de minutos. La convergencia entre Internet y telefonía móvil facilita este fenómeno, tan solo en nuestro país existen más de 40 millones de teléfonos móviles con cámara incorporada . En la gestión de la reputación audiovisual es importante generar vídeos de calidad que reúnan las cualidades necesarias para convertirse en vídeos reproducibles y altamente noticiables. Contenidos breves y concisos, enfocados en temas concretos y que saquen el máximo partido positivo a los valores y virtudes de la marca que lo representa.