Con más de 6.000 millones de dólares en ventas y 180 millones de compradores en 150 países Amazon ya es la pagina número uno mundial en venta online. Pero recomendar a miles de productos exige de un enorme esfuerzo técnico y logístico. A tal efecto Amazon dispone de un equipo de ingeniería informática y decenas de algoritmos capaces de recoger opiniones, valoraciones y reseñas traduciéndolas en puntuación y alcance.
Las valoraciones a la baja limitan la visibilidad en las búsquedas y hunden las ventas convirtiendo al producto en un objeto de baja elegibilidad. Esta reputación “amazónica” ya ha dado paso a la existencia de expertos de reputación digital en Amazon quienes asesoran en como potenciar el lado más positivo del producto. Es importante evitar errores como relegar a Amazon stocks sobrantes, series deficitarias o productos con carencias. A la larga van a perjudicar la imagen de la marca ya que serán caldo de cultivo de opiniones negativas. Por el contrario, es importante contestar las dudas del potencial cliente, tener una buena imagen gráfica y ofrecer los mejores productos de nuestra marca.
Lamentablemente se ha desarrollado un “mercado ilícito” de usuarios quienes compran productos para luego devolverlos y así poder publicar su opinión. En otros casos reciben dinero del vendedor y minan la red de fake reviews o 5 estrellas, destacan sus supuestas cualidades e incluso añaden videos o fotos del paquete recibido. Se trata de una práctica subterránea poco recomendable.