Es el conjunto de percepciones que un usuario tiene sobre una persona, marca, producto o empresa. La reputación guarda relación no solo con la imagen que el público percibe sino con aquello que recuerda cuando el sujeto ya no está presente. Guarda relación con experiencias presentes pero también pasadas. La reputación online es como un árbol, el tronco es la identidad y la sombra es la reputación que este proyecta. Por tanto se puede entender no solo como la imagen externa sino como la percepción de importancia, relevancia y prestigio que generamos ante terceros.
La reputación online se contextualiza en distintos indicadores tales como reviews u opiniones publicados en Internet, la reputación gráfica y audiovisual, la presencia de noticias positivas o negativas, las buenas o malas referencias en plataformas como Google o Youtube o la imagen que el sujeto proyecta en sus perfiles de redes sociales.
La reputación digital es, además, compartida o distribuida, eso significa que el usuario no tiene un control total sobre ella ya que la comunidad de usuarios capitalizará parte de su percepción reputacional.
La diferencia entre imagen de marca y reputación es que esta última es una representación que el público realiza en su mente confiriendo un u otro status o nivel de importancia respecto al producto o persona con la que interactúa. Es pues, un constructo subjetivo que individualmente realiza una persona en su campo cognitivo.
