Sufrir los efectos de una difamación online es, desafortunadamente, una situación cada vez más frecuente. El anonimato y la transnacionalidad de la red permiten lanzar ataques de manera rápida y gratuita. Las redes sociales, la blogosfera hispana y la cultura del gatillo fácil dejan, sin duda, una larga lista de víctimas quienes a menudo tienen que convivir con el estigma de una información no deseada.

Si usted ha sido objeto de un ataque reputacional es importante que adquiera una visión amplia y externa. Recuerde que todo conflicto es gestionable y que existe una solución para cada problema.

Algunos consejos de interés:

– Evite replicar en el mismo sitio web del atacante (foro, blog, perfil en facebook, etc…) la experiencia enseña que el resultado empeora ya que el atacante gana relevancia.

– Evite climas o reacciones pasionales que pudieran generar un “mayor bombo” o “efecto bola de nieve” es frecuente que el cliente afectado por un contenido negativo se deje llevar por su propio instinto de autodefensa replicando ante la parte contraria.

– Evite los flames (discusiones acaloradas en foros o blogs) y no olvide que la polémica atrae a más polémica. No inicie acciones legales, es un error frecuente, la experiencia demuestra que no son muy eficaces en el escenarios de Internet salvo raras excepciones en las que el contenido es de tipo penal o delictivo.

– Ignore al troll (denominación utilizada para hacer referencia a la fuente atacante) es frecuente que algunos provocadores busquen polémica, reconocimiento o protagonismo, si vd replica frontalmente aumentará su protagonismo y el habrá conseguido atraer su atención.